La belleza de Cuba se multiplica en sus más de 1.600 cayos adyacentes, que suman 3 126 km2. Sus atractivos naturales y ambiente virginal hacen de los Cayos de Cuba réplicas en miniatura del paraíso. Su principal atractivo son las playas, de fina arena y aguas apacibles, cálidas, poco profundas y libres de contaminación, con fondos marinos de impresionante biodiversidad e inmejorable estado de conservación.
Cayo Santa Maria está unido a la isla grande de Cuba por un pedraplén sobre el mar construido específicamente para brindar al turismo mundial la oportunidad de conocer lo mejor de Cuba, además ofrece la posibilidad de realizar excursiones para entrar en contacto con la cultura, historia y la gente de la mayor isla de los Antillas.
La oportunidad de vivir una exótica experiencia en los idílicos Cayos de Cuba es algo que nadie debería pasar por alto, por eso este es uno de los mejores lugares para descubrir los emociones que la naturaleza nos da como regalo.
Los cayos de cuba tienen una oferta hotelera donde armonizan confort y naturaleza. Confortables habitaciones, ilimitada oferta gastronómica con todas las bebidas y comidas incluidas, amable atención, variados servicios, todas las facilidades y un lugar privilegiado junto al mar.
Una exclusiva naturaleza se mezcla con una playa virgen, que se extiende por más de 10 kilómetros con una ancha franja de arena. Es el mayor de los Cayos de Villa Clara, un rosario de islotes en el nordeste de esa provincia, a 380 km al este de La Habana, la capital de Cuba.
Rincón de 13 kilómetros cuadrados, unido al poblado de Caibarién por una pedraplén de 48 km sobre el mar, que fue premiado internacionalmente por su armoniosa combinación de naturaleza e ingeniería sustentable en una reserva de lo biosfera.
Este camino permite el acceso por carretera desde la ciudad de Santa Clara y atraviesa, antes de llegar a Cayo Santo María, los islotes de Las Brujas y Ensenachos.
Exclusivos hoteles y un entorno privilegiado armonizan en un paisaje único para enriquecer el lujo natural de Cayo Santa María. Este polo turístico también ofrece atractivas opciones extrahoteleras con pueblitos diseñados para el disfrute de restaurantes, bares, cafeterías, discotecas, excursiones, marinas, delfinario y servicio de autobús turístico, esto y más hacen de Cayo Santa María una oferta muy completa y un lugar a donde todos deberíamos viajar al menos una vez en la vida.
Una singular atmósfera de leyenda y misterio en la que se conjugan amor y piratería, como el presunto enterramiento en alguna de sus playas del tesoro de Mazzarelli y Tambasco, temidos piratas del siglo XVIII.
La economía de Cayo Santa Maria se basa fundamentalmente en el turismo, al igual que los cayos cercanos, Las Brujas y Ensenachos, todos estos pertenecientes a Villa Clara, considerado como el segundo destino de sol y playa en Cuba, solo después de Varadero, (que debe su fama a su cercanía con La Habana y al tiempo de operación como destino turístico) una de las características distintivas de este complejo son sus plazas extrahoteleras, que a forma de pequeños pueblos han sido creados para ofrecer aspectos culturales y arquitectónicos característicos de Cuba.
Todos los hoteles son operados por sociedades entre cadenas particulares y Grupo Gaviota propiedad del estado cubano y varios de ellos han sido galardonados con premios internacionales, como el Royalton Cayo Santa María y el Meliá Buenavista y por el lado de la naturaleza, sus playas están consideradas como unas de las 25 mejores del mundo, con estos y muchos otros privilegios que la naturaleza a regalado a Cayo Santa Maria, se encamina a destronar del tercer puesto a los lugares turísticos por tradición en Cuba como Cayo Guillermo y Guardalavaca.
Pero cuando amanece en la playa larga y solitaria, cuando el sol comienza a acariciar las dunas y las olas, cuando las gaviotas y los peces saludan jubilosos el despertar de la mañana, entonces el mar, mi mar, me habla de emociones contenidas mientras mis pasos presurosos interrumpen el cristal claro de las aguas en las orillas de la playa.